Sistema Espacial y el Sistema Material




    El diseño arquitectónico se crea a través de la cooperación entre el sistema espacial, la definición, distribución y composición del sistema espacial y el sistema material, la transmisión de cargas estructurales y el control cinemático de los cerramientos. Podemos argumentar que la integración entre la geometría y la materialidad no es solo fundamental para la creación de estructuras funcionales y estéticas, sino también para la promoción de experiencias espaciales ricas y dinámicas. El espacio, en su fluidez, y la materia, en su tangibilidad, se complementan para crear edificaciones que no solo protegen y sirven, sino que también comunican.


   El sistema espacial de la arquitectura es el esqueleto del diseño. Es la red que establece la interconexión entre los puntos que forman líneas, las líneas que crean planos y los planos que definen volúmenes. Estos elementos geométricos no son estáticos sino que interactúan continuamente, definiendo espacios negativos y positivos que dan forma a nuestra percepción del entorno. La materialidad de estas superficies, su forma, tamaño, color y textura no solo afecta la estética, sino también

la experiencia sensorial del espacio. Un volumen arquitectónico no es meramente un bloque de construcción es un campo de fuerzas perceptivas que establece relaciones visuales y espaciales, influye en cómo nos movemos, vemos y sentimos dentro de un espacio.



El sistema material, por otro lado, es el encargado de la integridad física y la funcionalidad práctica de la arquitectura. Va más allá de la estabilidad estructural para incorporar la protección contra elementos naturales, el control de la ventilación y la transmisión de energía, y el equilibrio entre la privacidad y la exposición visual. El diseño material también debe responder a las demandas climáticas y mecánicas, equilibrando la estabilidad y la resistencia con la estética y el rendimiento ambiental. Así, la estructura de un edificio no solo soportan cargas físicas, sino que también moderan la interacción entre los espacios interiores y exteriores, creando un diálogo constante con el entorno y sus habitantes.



Para concluir, la arquitectura eficaz requiere un diseño integrado que considere tanto el sistema espacial como el material, enriquecido a través de la geometría como herramienta de creación y organización. La armonía entre estos sistemas no sólo proporciona la ordenación de la forma y el espacio, sino que también cumple con las demandas funcionales y perceptuales de los usuarios. La interdependencia de la estructura y la materia, y su influencia mutua en la experiencia humana, resalta la importancia de un diseño que es, en última instancia, tanto una disciplina científica como una forma de expresión artística.


Referencia: http://www.isado.net

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